La base aérea de Villanubla y el aeropuerto de Valladolid han sido escenario de un ejercicio de emergencia aérea de alto nivel, en el que se ha simulado la colisión entre una aeronave civil Boeing 737 y una militar Beechcraft 33C Bonanza (E-24) del Ala 37 del Ejército del Aire y del Espacio.

Una colisión simulada en la maniobra de aproximación entre el Boeing, con 22 ocupantes a bordo, y la aeronave militar, tripulada por tres personas, que ha activado el Plan de Emergencia y Reacción Conjunta (PLEMER) y el Plan Territorial de Protección Civil de Castilla y León (PLANCAL), desplegando de forma coordinada todos los protocolos previstos ante un siniestro de esta envergadura.

Más de un centenar de profesionales de diferentes organismos han participado en las labores de rescate, atención sanitaria, coordinación operativa y seguridad. Entre ellos, personal del Ala 37, Centro de Coordinación Operativa Integrada (CECOPI) de la Delegación Territorial, aeropuerto de Valladolid, Guardia Civil, Policía Nacional y Centro de Operaciones de Aena. Además de la implicación de organismos autonómicos y locales integrados en el PLANCAL, como Protección Civil, 112 de Castilla y León, Agencia de Protección Civil, Delegación y Subdelegación del Gobierno, Diputación de Valladolid, Cruz Roja, Policía Municipal de Valladolid, ayuntamientos de Valladolid y Villanubla, Instituto de Medicina Legal, Colegio Oficial de Psicólogos y representantes del poder judicial.

El objetivo principal del simulacro era evaluar la eficacia de los protocolos de actuación, los tiempos de respuesta y el nivel de coordinación entre todos los actores implicados en una emergencia aérea, así como verificar el conocimiento operativo de los procedimientos establecidos. El despliegue técnico incluyó tres ambulancias de soporte vital avanzado, tres de soporte vital básico, dos helicópteros sanitarios, drones de observación, un sistema antidrones y medios contraincendios tanto de la base aérea como del aeropuerto y la Diputación de Valladolid.

La actividad se diseñó conforme a la normativa de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), en aplicación del PLEMER, del Plan General de Seguridad de AENA, y del PLANCAL, siguiendo rigurosamente todas las fases de gestión de una emergencia: desde la alerta inicial, pasando por la emergencia activa y concluyendo con la fase de recuperación. Durante el desarrollo del simulacro, se recrearon los puestos de mando (principal y avanzado), así como los diferentes grupos de intervención, asegurando una coordinación integral de todos los recursos humanos y técnicos.

El escenario planteado simulaba una situación crítica: tras declarar emergencia por impacto con una bandada de aves y perder contacto por radio, el Boeing 737 colisionaba en pleno descenso con la E-24 militar. Como consecuencia, la aeronave militar se estrellaba en las inmediaciones de la base, mientras que el avión civil impactaba dentro de las instalaciones, causando que una de sus alas se desprendiese y chocara contra un hangar, en el cual se encontraba personal trabajando. El balance simulado del siniestro dejó un total de 27 afectados: cuatro fallecidos, 11 heridos graves, siete heridos leves y cinco ilesos.

Para lograr el máximo realismo, se emplearon autobuses adaptados como fuselaje simulado, figurantes representando a heridos, fallecidos y familiares, así como humo artificial y fuego real controlado.

El ejercicio también permitió verificar la aplicación del Protocolo Nacional de Actuación Médico-Forense y de Policía Científica en sucesos con víctimas múltiples, recogido en el Real Decreto 32/2009.